Factores de riesgo y prevención del cáncer de próstata
Conoce la importancia de la prevención del cáncer de próstata, los factores de riesgo y cómo la detección temprana puede mejorar las opciones de tratamiento.
Cada noviembre, el Mes de Concienciación del Cáncer de Próstata nos invita a reflexionar sobre la importancia de la detección temprana y la prevención de este tipo de cáncer, el segundo más común entre los hombres.
Esta campaña anual busca generar conciencia sobre el cáncer de próstata, promover los exámenes de rutina y fomentar hábitos de vida saludable para reducir riesgos.
En Chile, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en hombres y la principal causa de muerte por cáncer en ellos. A nivel mundial, ocupa el cuarto lugar en incidencia.
De acuerdo al Global Cancer Observatory (GCO) de la OMS, “en Chile se registraron 2.296 muertes por cáncer de próstata sólo en el año 2020, casi el doble de las muertes por cáncer de mama en las mujeres”.
El cáncer de próstata se desarrolla en la glándula prostática, una parte esencial del sistema reproductivo masculino. Si bien es más frecuente en hombres mayores de 50 años, factores como la genética, la alimentación y el estilo de vida también influyen en el riesgo de padecerlo.
La detección temprana del cáncer de próstata es crucial, ya que en sus etapas iniciales generalmente no presenta síntomas visibles. Los métodos de diagnóstico más comunes incluyen el antígeno prostático específico (APE) y el examen rectal digital, pruebas que pueden realizarse en Clini.
Consiste en análisis de sangre que mide el nivel de Antígeno Próstata, el cual puede estar elevado si existe riesgo de cáncer o de otra afección prostática como prostatitis o hiperplasia prostática benigna.
El APE es una herramienta útil para la detección temprana del cáncer de próstata, pero no es concluyente por sí solo. Un resultado elevado puede indicar la necesidad de realizar estudios adicionales para determinar la causa exacta del aumento del PSA. Conocer más del antígeno prostático.
Se trata de un examen físico que permite al médico detectar anomalías en la próstata. En este procedimiento el profesional de la salud introduce un dedo cubierto con guante y lubricado en el recto para examinar físicamente la próstata. Durante este examen, el médico puede detectar bultos o nódulos, así como irregularidades en el tamaño o forma de la próstata, lo cual puede asociarse con la presencia de cáncer u otras condiciones benignas.
Es fundamental prestar atención a síntomas como:
La dificultad para orinar o dolor al orinar puede ser uno de los primeros signos de un problema en la próstata. Cuando la próstata se agranda o desarrolla un tumor, puede presionar la uretra (el conducto por donde sale la orina) y dificultar el flujo urinario. Esta presión puede hacer que el proceso de orinar sea incómodo o incluso doloroso.
El dolor en la zona lumbar (parte baja de la espalda) o en la pelvis es un síntoma que puede indicar que el cáncer de próstata ha comenzado a diseminarse a otros tejidos o huesos cercanos.
Este dolor tiende a ser persistente y, en etapas avanzadas, puede volverse intenso y constante. Aunque el dolor en esta área también puede deberse a problemas musculares o articulares, si persiste y no mejora, es recomendable realizar estudios para descartar complicaciones en la próstata.
La disminución en la fuerza del flujo de orina se debe a que el crecimiento de la próstata puede obstruir parcialmente la uretra, dificultando la salida de la orina y reduciendo su velocidad y fuerza.
Este síntoma suele ser progresivo y puede acompañarse de la sensación de no vaciar completamente la vejiga.
Ante cualquiera de estas señales, te recomendamos agendar una consulta médica para iniciar una evaluación preventiva.
El cáncer de próstata es una de las principales causas de cáncer en hombres, y existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Algunos de estos factores son modificables a través de cambios en el estilo de vida, mientras que otros están relacionados con antecedentes familiares o genética.
Uno de los principales factores de riesgo es tener antecedentes familiares de cáncer de próstata. Tener un familiar de primer grado (padre o hermano) diagnosticado antes de los 65 años incrementa significativamente la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.
Ciertas mutaciones genéticas hereditarias pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata. Aunque estos casos representan solo un pequeño porcentaje del total, la presencia de mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2 incrementa la vulnerabilidad, especialmente en familias con historial de múltiples tipos de cáncer.
En familias con antecedentes genéticos de cáncer de próstata, la enfermedad tiende a manifestarse en edades más tempranas, frecuentemente en hombres menores de 50 años. Esto subraya la importancia de realizar controles de salud preventivos si se cuenta con antecedentes familiares de cáncer.
El riesgo de cáncer de próstata aumenta con la edad, siendo más común en hombres mayores de 50 años. A medida que los hombres envejecen, es más probable que experimenten cambios en la próstata que pueden aumentar el riesgo de cáncer.
Algunos estudios indican que una dieta rica en grasas, bajo consumo de verduras, el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo podrían estar asociados con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, aunque el rol exacto de la alimentación en esta enfermedad no está del todo claro.
Para reducir el riesgo, se aconseja mantener un peso adecuado, adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta rica en frutas y verduras y realizar actividad física de manera regular.
Sin embargo, la mejor forma de prevención es realizarse exámenes de detección como el análisis de antígeno prostático específico (APE) y el examen rectal, especialmente a partir de los 50 años o antes si existen factores de riesgo.
Estos exámenes permiten una detección temprana, aumentando las probabilidades de un tratamiento exitoso y una mejor calidad de vida. Agendar examen APE en CLINI.
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Válido para personas 18 a 60 años